Novena Tradicional al Glorioso Patriarca San José

JOSEPH AUTEM VIR EIUS CUMM ESSET JUSTUS

Grande es José, y tanta su grandeza,
Que no la alcanza entendimiento criado;
Tan sublime se ve, tan elevado,
Que el orbe todo es peana de su alteza.

Adornóle la gran naturaleza;
David lo ilustra; mas a tanto grado
El título de justo lo ha exaltado,
Que ya es el cielo toda su nobleza.

Grande es José, y tanta su
grandeza, Que no la alcanza
entendimiento criado;
Tan sublime se ve, tan elevado,
Que el orbe todo es peana de su alteza.

Adornóle la gran naturaleza;
David lo ilustra; mas a tanto grado
El título de justo lo ha exaltado,
Que ya es el cielo toda su nobleza.


Acto de Contrición

Dulcísimo JESÚS, Redentor mío, a quien debiendo tantos beneficios he correspondido con muchos pecados: de estos me pesa de lo íntimo de mi corazón, por ser tú tan bueno, mi Dios y mi Señor. Con tu gracia, propongo no volverte a ofender, apartándome de todas las ocasiones de pecar, y espero el perdón de todos ellos por tu preciosísima sangre.


Oración para todos los días

Trinidad Santísima, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo como en verdad infalible, a quien amo sobre todas las cosas, como a bondad inmensa, en quien espero, como en poder infinito, a quien adoro como a mi Dios y Señor, a quien deseo ver como centro de mi alma, y a quien alabo como a mi soberano bienhechor:

Gracias te doy con todos los afectos de mi corazón, por la inexplicable dignidad a que sublimaste a Señor San José, haciéndole cabeza de la casa de la Madre de Dios, y dándole en la tierra, en cierta manera, el lugar del Eterno Padre, primera persona de la Trinidad Augusta, por haberlo escogido para Padre putativo de JESÚS; y el del Espíritu Santo, tercera persona de tu Trinidad Santísima, por haberlo hecho dignísimo Esposo de MARÍA,

elevándolo después a tanta gloria y poder en el cielo. Por estos títulos, que tuvo en su vida, animado yo con lo poderoso de su intercesión, te pido por su medio el favor de que necesito en mi presente necesidad, cuanto fuere conveniente a tu gloria y mi salvación, y por lo mucho que gustas, Dios mío, de que lo amemos, te suplico enciendas mi corazón y los de todo el mundo en el amor y devoción, para nosotros tan provechosa, del sacratísimo Patriarca Señor San José. Amén.


ORACIÓN DE CADA DÍA

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PRIMER DÍA

Vigilantísimo Padre mío Señor San José, más dichoso que Adán, Abel, Enós y Enoc, pues a ti te entregó Dios el Paraíso de sus delicias en MARÍA Señora; ofreciste a Dios por don al Unigénito del Eterno Padre y de MARÍA no solo invocaste el nombre de Dios, sino que le pusiste nombre a JESÚS y anduvo contigo tantos años Dios Hombre, viviendo en tu misma casa; pues tan fiel guarda fuiste de JESÚS y de MARÍA, concédenos tu ardientísimo amor a mi Redentor y a mi Madre MARÍA Santísima, celando en mí y en todos su honra, para tener con este amor y devoción la prenda que es tan segura de mi salvación. Amén.

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SEGUNDO DÍA

Providentísimo Patriarca Señor San José, más feliz que Noé, Abraham, Isaac, Jacob, y José, virrey de Egipto, pues guardaste la mejor arca de Dios, MARÍA, para que por ella se salven los hombres: se llamó el mismo Hijo de Dios, no solo Dios de José, sino Hijo tuyo.

Te reverenciaron, el Sol de Justicia Cristo; la luna llena de gracia MARÍA, y las estrellas de los apóstoles; guardando tú el Pan del cielo en tu amorosísimo Hijo JESÚS, para sustentar a todo el mundo: alcánzame de Dios la virtud de la prudencia, con que mire por lo que ha de durar para siempre, que es el bien de mi alma. Amén.

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TERCER DÍA

Ilustradísimo profeta Señor San José, mas venturoso que todos los profetas, pues en tu misma casa la hermosa Nube y fecundísima tierra MARÍA, llovió como rocío, brotó como flor al Salvador del mundo, escogiéndote Dios para que llevaras a Egipto al Redentor JESÚS, para librarlo de la tiranía de Herodes:

te suplico rendido, entrañes en mi alma un perpetuo dolor con que deteste las veces que he despreciado con mis culpas a mi amantísimo JESÚS, persiguiéndolo para darle muerte con mis pecados, de que me pesa, sobre todo pesar, por ser mi Dios tan bueno. Amén.

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CUARTO DÍA

Fidelísimo José, aventajado en las dichas a Josué, David y todos los jueces, reyes y capitanes santos de la ley antigua; pues a ti obedeció el verdadero Sol de Justicia, Cristo, y la luna, siempre llena de gracia, MARÍA; tuvo, porque quiso, el mismo Dios necesidad de tus bienes para sustentarse, y tuviste en tu casa tanto tiempo la mejor arca del Nuevo Testamento, MARÍA, en quien estuvo tan de asiento el Maná del cielo, Cristo JESÚS: alcánzame de Dios una profundísima humildad, con que sirviéndole, le agrade, y entrañable misericordia para con mis prójimos. Amén.

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QUINTO DÍA

Amabilísimo Señor San José, que pudiste, no solo señalar con el dedo, diciendo como el Bautista, que había venido al mundo el Redentor de él, sino también decir que en tu misma casa, y de tu sacratísima Esposa había nacido; teniendo igualmente más felicidad que los apóstoles, pues en tu compañía vivió tantos años el Hijo de Dios, a quien tantas veces servían tus brazos de trono, reclinando su cuerpo sobre tu corazón: alcánzame de tu Hijo Santísimo, por medio de tu Esposa, un amor grande a la oración, con el que solo guste de estar en compañía de JESÚS Y MARÍA, y tuya; y cuando, por dar gusto a Dios, me sea preciso apartarme de tal conversación, sea siempre llevando en mi corazón a JESÚS, MARÍA y José. Amén.

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SEXTO DÍA

Dichosísimo José, mas que todos los justos de la ley de gracia, quienes en el juicio, al decirles Cristo que le dieron de comer y que lo vistieron, no le podrán decir con tanta propiedad lo que dirás tú, lleno de una profundísima humildad,

pues muchas veces viste con hambre al mismo JESÚS y le diste de comer, dándole también vestido para cubrir su Sacratísimo Cuerpo. Concédeme una gran fortaleza de espíritu, y alegría en los trabajos que tomare por Dios, o que Él me enviare, para que así sea mi manjar solo el hacer la voluntad de Dios. Amén.

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SÉPTIMO DÍA

Purísimo José, mas dichoso que los Ángeles, Arcángeles, Principados, y especialmente más que San Miguel, San Gabriel y San Rafael, pues haciendo Dios a los Ángeles guardas de los hombres; a Rafael compañero del santo Tobías, en su viaje; a Gabriel embajador para con la Madre de Dios; y a Miguel príncipe de la milicia celestial; a ti te hizo guarda y compañero en varios viajes de JESÚS y de MARÍA; esposo en vez de embajador; cabeza de la familia de Dios en la tierra. Por estas tus excelencias, impétrame de Dios una gran pureza de alma y cuerpo, y de intención en todas mis obras, para que pueda acompañar siempre a JESÚS, MARÍA y José. Amén.

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OCTAVO DÍA

Santísimo José, más feliz que todos los espíritus celestiales, pues estos solo son ministros de Dios para lo que el Señor les ordena; y a ti te dio JESÚS la altísima dignidad de Padre putativo suyo, llamándote padre, y tú llamando Hijo a JESÚS, quien te obedecía en lo que tú le decías que hiciese: alcánzame de tu Hijo una rendida obediencia a mis superiores, con la cual camine en hombros ajenos con seguridad al cielo. Amén.

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NOVENO DÍA

Admirable prodigio de la gracia, Señor San José, en quien resplandecen las prerrogativas de los ángeles y santos todos del cielo; pues eres como ángel, por ser guarda de JESÚS y de MARÍA; arcángel, porque cuidaste del Rey Supremo Cristo y de la Reina MARÍA; principado, por cabeza de la casa de Dios en la tierra; potestad, por haberte mantenido en la dignidad que tu humildad te reservó; virtud, por la fortaleza en los trabajos que padeciste por JESÚS Y MARÍA; dominación, porque venciste tus pasiones y a los tiranos; trono, porque lo fuiste del Hijo de Dios; querubín, por guarda del paraíso de Dios, MARÍA; serafin, por el sumo amor de Dios que tuviste: patriarca, por tener nombre de padre de un Hijo en que fueron benditas las gentes; profeta, por la luz que tuviste de las escrituras y de lo que había de padecer el Redentor; apóstol, en el celo con que convertiste tantos egipcios; doctor excelente, que mas con obras que con palabras enseñaste; virgen purísimo y confesor excelentísimo. Alégrome sumamente de tan inexplicable santidad; y te suplico que por amor de JESÚS y de MARÍA, me concedas deseo grande de todas las virtudes, para que con ellas adorne mi alma. Amén.


DOLORES Y GOZOS DEL SANTÍSIMO PATRIARCA

PRIMER DOLOR

Terrible dolor y espanto
Tuvisteis viendo preñada
Vuestra Esposa Inmaculada,
Siendo vos tan justo y santo.

PRIMER GOZO

Mas en tan grande aflicción,
Aquel mismo que os desvela,
Por un ángel os revela,
La admirable Encarnación.


Pater noster, Ave María y Gloria.

OFRECIMIENTO

¡Oh fidelísimo Esposo!
La esperanza en vos ponemos,
Y humildes os ofrecemos
Aqueste dolor y gozo.


SEGUNDO DOLOR

¡Oh qué profunda tristeza
Tuvisteis en el portal,
Mirando a Dios inmortal
¡Nacido en tanta pobreza!

SEGUNDO GOZO

Pero en tan grande desconsuelo,
El Padre Eterno este día,
Con angélica armonía
Paz y gloria os dio en el suelo.

Pater noster, etc y Ofrecimiento...

TERCER DOLOR

En la cruel circuncisión,
Al ver sangre derramada,
Fue vuestra alma atravesada,
Contemplando en la pasión.

TERCER GOZO

Pero este dolor profundo,
Con el nombre de JESÚS
Se os volvió gozosa luz,
Viendo al Salvador del mundo.

Pater noster, etc y Ofrecimiento...

CUARTO DOLOR

La sagrada profecía
Del santo Simeón profeta,
Fue penetrante saeta
Que el corazón os partía.

CUARTO GOZO

Mas viendo a Dios tan humano,
Recibisteis alegría,
Porque ya el mundo tenía
El remedio en vuestra mano.

Pater noster, etc y Ofrecimiento...

QUINTO DOLOR

¡Oh, qué grande sentimiento
Tuvisteis huyendo a Egipto,
Por librar a Dios bendito
De Herodes cruel y sangriento!

QUINTO GOZO

Mas, ioh qué grande consuelo
Tuvisteis viendo arruinados
Los ídolos, derribados
Al entrar el rey del cielo!

Pater noster, etc y Ofrecimiento...

SEXTO DOLOR

¡Oh, qué tremenda agonía
Cuando de Egipto volvéis,
Porque de nuevo teméis
De Arquelao la tiranía!

SEXTO GOZO

Mas, ioh con cuánta alegría
El ángel os saludó,
Y a Nazaret os mandó
Ir con JESÚS Y MARÍA!

Pater noster, etc y Ofrecimiento...

SÉPTIMO DOLOR

¡Oh, qué dolor tan de padre
Aquel del Niño perdido,
Que casi os quitó el sentido
Viendo afligida a la Madre!

SÉPTIMO GOZO

Ya todos estos dolores
Se vuelven en alegría,
Pues juntos, vos y MARÍA,
Le hallasteis entre doctores.

Pater noster, etc y Ofrecimiento...

OFRECIMIENTO FINAL

Soberano José, a tu honra y gloria,
Afectuosa repite mi memoria
Tus dolores y gozos; y hasta verte,
Ampárame en la vida y en la muerte;
Y alcánceme tu poderosa instancia
Lo que a pedir no acierta mi ignorancia.


ORACIÓN

Dulcísimo, poderosísimo padre mío, Señor San José, de quien dijo Cristo a sus discípulos: «Yo conversaba con José en todas las cosas, como si fuera su hijo: él me llamaba hijo, y yo le llamaba padre, y yo le amaba como a las niñas de mis ojos.»

Por este tan singular amor de tu Hijo Santísimo que fue el origen de hacerte tan estupendos y especiales beneficios, con lo que llegaste a tan excelsa santidad; y por el entrañable amor y reverencia con que te miró y atendió tu Purísima Esposa MARÍA Santísima, te ruego me alcances una verdadera conversión a Dios, siendo tú mi guarda, mi guía en las virtudes, y mi amparo en toda mi vida y en la hora de mi muerte.

Intercede también por los que están en pecado mortal, para que salgan de ese infelicísimo estado, por las benditas almas del purgatorio, por el acierto de los que se ocupan en ganar almas para Dios, por la exaltación de la Iglesia y conversión de herejes e infieles; y finalmente, para alcanzarme el favor de que ahora necesito.

Así lo espero de tu piedad y poder, si me conviene para mi salvación; mas si no es del agrado de Dios, tengo firme esperanza, Santísimo padre mío, que no me has de dejar sin consuelo, sino que me has de conseguir de Dios paciencia para lograr el fruto de los trabajos, enseñado del invicto sufrimiento con que pasaste los tuyos sirviendo a JESÚS y MARÍA. Amén.


Aquí se hace con toda confianza la petición de lo que se desea, y se acaba con esta oración a MARÍA Santísima.

Amabilísima Madre, centro dulcísimo de mi corazón, que tanto gustas de que veneremos a tu Santísimo Esposo José: enciende mi afecto, y los de todos, en la devoción de este sacratísimo Patriarca; y por la reverencia y amor que le tienes, te pido que intercedas con tu Hijo Santísimo en mi presente necesidad, pues para contigo pongo por medianero al Señor San José, y no te puedes negar, benignísima Señora, a sus ruegos. Hazle, tiernísima Madre, cargo a tu obsequiosísimo Esposo José, de mí como hijo tuyo, aunque tan indigno, y de todos los que te aman; de los que hicieren esta novena; de todos mis parientes, conocidos y encomendados; y por último, de todos los que yo hubiere escandalizado, de los que me hubieren hecho algún beneficio o algún agravio, perdonando yo a éstos con todas las veras de mi alma, para que Dios me perdone mis pecados. Amén.


Se acaba con una Salve por los que están en pecado mortal y por las Ánimas del purgatorio.


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